viernes, enero 20, 2023


 Domingo 1 enero 2023

Ya es el nuevo año, afuera hay fuegos artificiales y aquí adentro estoy viendo la gran película clásica, “Muerte en el expreso del Medio Oriente”. Este gran proyecto que tengo de ver todas las películas que me sea posible que están basadas en grandes libros de la historia de la literatura universal. Este nuevo año ha comenzado con la gran obra de Agatha Christie. 


Conocer y comprender a fondo la historia de la literatura universal se ha convertido en algo de la mayor importancia para mi. Ahora que me he convertido en un escritor necesito aprender de los grandes maestros de la literatura. La literatura se ha convertido en algo gigante para mí. Porque la literatura no es sólo los libros que se venden ahí en las librerías o están escondidos en los rincones de las bibliotecas, la literatura lo es todo. El mundo está gobernado por libros, son los libros los que han tenido el poder sobre los pueblos y países y sobre todo las conciencias de los humanos. Desde los libros religiosos que controlan la mente de la inmensa mayoría de la humanidad a las constituciones políticas que determinan cómo se vive en sociedad, a los libros de textos de las escuelas donde los nuevos seres humanos aprender a leer y a escribir hasta los poemas de amor que leen los enamorados para expresar lo que no pueden decir con sus propias palabras. Todo es texto, y el que logra escaparse de los textos de la sociedad y los que están impregnados dentro de la mente, esos son los que practican y dominan muy bien el arte de la meditación. Han practicado el silencio interior y la observación todopoderosa de la meditación les ha permitido trascender los textos, los libros y las palabras que dominan al mundo. 


Cuando la mente puede estar en silencio es ahí cuando se puede comprender a fondo como la literatura domina todas las acciones de los seres humanos. La literatura es un fenómeno súper poderoso y omnipresente. Fascinante, de la mayor importancia comprender su poder. 


La literatura lleva la voz del espíritu humano a lo largo de toda la historia de la humanidad. La literatura es la que va construyendo las grandes arquitecturas que van formando la vida de los humanos en el tiempo de la existencia. La literatura le da una voz concreta a todas las grandes preguntas e inquietudes que llenan el fondo de la consciencia humana. Hay que ir a la visión de la literatura que está mucho más allá de los escritores. Hay que pensar como lo hacía Carl Gustav Jung en relación al inconsciente colectivo de la humanidad y los escritores serían algo así como los obreros que le permiten a la gran consciencia universal poder expresarse a sí misma en y con palabras de los diferentes idiomas que han inventado los humanos. Y aquí los escritores del mundo y de la historia han sido los grandes y brillantes esclavos y obreros de la gran consciencia mayor. 


Los escritores no existen en el sentido de que fueran ellos mismos los que crean todas esas grandes ideas de las cuales escriben. No, los escritores son los grandes secretarios o secretarias de la gran consciencia mayor que rige y gobierna todo lo que ocurre en este mundo de los humanos. 

Los humanos necesitan liberarse de esa ideología del humanismo que los hace creer que son lo máximo de la naturaleza, esa ideología del humanismo hace envejecer a los humanos, no les permite ver la realidad de lo que son en la Naturaleza en su totalidad. 


Hay un campo de energía superior e inteligencia que trasciende todo lo que es el mundo de los humanos. Lo que sucede con los humanos que crean cultura a través de la escritura, la danza, el arte, la música o el deporte, son humanos que sus cerebros y cuerpos tienen una sensibilidad mayor que les permite escuchar y sentir ciertas vibraciones de la consciencia universal y eso lo tratan de llevar a la creación, a darle alguna forma concreta a todo aquello que han experimentado y que es casi imposible darle expresión concreta a través de las palabras del lenguaje cotidiano. Se necesita otro tipo de consciencia para poder expresar o explicar todo lo que se ha estado experimentando y sintiendo. De ahí toda la necesidad de los humanos de crear dioses y santos de todo tipo porque así pueden proyectar en lo exterior todo lo que están viviendo por dentro y que los atormenta. 


Ya es la tarde de este domingo, primer domingo de este año. He dormido una siesta muy exquisita, sentía como se relajaba mi espalda y eso me produce mucho placer. No hay como esa sensación de experimentar como cuando musculos que han estado muy tensos de pronto comienzan a relajarse y se sueltan. Es una sensación muy especial cuando el hielo se derrite y se transforma en agua, simplemente agua. Hay un fluir de energía en todo ese proceso que es realmente fascinante, milagros de la naturaleza. Nuestros cuerpos son puros procesos químicos, naturaleza pura. 


Estoy viendo ahora una película sobre la guerra civil de España, en especial sobre el fundador de una de los grupos más de ultraderecha dentro de la iglesia católica, el famoso y terrible grupo Opus Dei, fundado por Josemaria Escriva. Tengo la mala imagen de este grupo catolico que siempre apoyó la dictadura militar en Chile. Lo que me atrae en especial de la película es que está hecha en la forma de un hijo que quiere escribir la historia de vida de su padre que estuvo en la guerra civil española peleando por los grupos republicanos. El padre por muchos años no quería contar nada de su vida a su hijo. Fue toda una vida que este padre estuvo en silencio sobre su participación en la guerra civil española. Y me puse a pensar en todos los padres que han estado en la guerra real o en la guerra de la existencia y han quedado profundamente traumatizados 


Este padre así como a millones les ha sucedido lo mismo, las experiencias traumáticas de la guerra los dejaron sin habla. El alma se fue muy dentro de ellos mismos porque solo esa soledad y silencio interior podrían ofrecer alguna esperanza que un día en el futuro podría volver a tener otra vez la fuerza vital para hablar en libertad de todas aquellas experiencia terribles que había tenido que vivir. 

Algo sucede en la vida de este padre que al final le dice que si a su hijo por aquel proyecto de escribir un libro sobre lo que había vivido en la guerra civil española y de cómo había conocido a este personaje tan importante de la iglesia católica española, el fundador del grupo más poderoso con el paso del tiempo, Opus Deis. 


Hay tantas cosas que descubrir en esta España que me ha fascinado siempre y al mismo tiempo como hijo de pueblos colonizados por los espanoles tengo un montón de cosas en contra de España. Es como le sucede a todo ciudadano Indio en su relación de amor y odio con Inglaterra, esa mezcla tan especial de sentir al mismo tiempo una profunda admiración por su cultura, su historia, y sus heroísmos y aportes fantásticos a la cultura humana. Y al mismo tiempo detestar todas esas cosas que hicieron al creer que tenían el derecho moral de asesinar a millones de indígenas en lo que hoy es américa latina, más todo lo demás que han hecho como potencia colonial que un día fueron. Esta relación de odio con España y todo lo que ella significa en la historia es algo fuerte dentro de mi. 


No puedo negar esta relación de odio y amor que tengo con España. Lo que sí puedo hacer es reconocerla y trabajar con este sentimiento tan lleno de contradicción y poder con el tiempo llegar a una forma de reconciliación donde puedan incluirse las dos emociones fundamentales de amor y odio, sin que ninguna niegue a la otra sino que pueda ser trascendidas, liberadas de alguna forma. 

Cuando dejó entre paréntesis todo eso que me genera odio de España sale a la superficie todas esas maravillas que hay en la cultura de España. Desde el idioma, o los idiomas porque las diferencias regionales en temas de idiomas son muy fuertes, siendo así que en un mismo territorio hay diferentes idiomas, el tema de Barcelona y el idioma Catalan es un ejemplo claro. Crecí con el estudio de la cultura española en las escuelas católicas, pero por alguna razón que nunca pude comprender hasta ya siendo un hombre maduro aca en Suecia, el estudio de la cultura española nunca logró cautivarme de pleno corazón. Todo era una suerte de mensaje subliminal a los estudiantes de América latina, España era lo mejor, España era por naturaleza intrínsecamente superior a todos los pueblos que habitaban América latina cuando llegaron las tropas invasoras de España. 


Esto es un sentimiento muy difícil de agarrar o darle nombre y mucho menos poder sentir este sentimiento de una manera plena cuando eres un niño. Este sentimiento te confunde, te paraliza, te irrita porque no sabes completamente porque lo tienes, pero el sentimiento está ahí presente en tu cuerpo y alma y causa solo malestares profundos. 


Con el tiempo comprendí que ese sentimiento es el mismo que han vivido todos los pueblos que han sido colonizados, un sentimiento de inferioridad ante el colonizador y una sensación de ser humillado por el solo hecho de ser quien eres o haber nacido en el lugar donde lo hiciste. Esa sensación de ser humillado por lo que quiera que hagas por aquellos que colonizaron tus pueblos donde naciste. La colonización nunca termina cuando se van las tropas extranjeras, esa es la parte más fácil del largo, profundo y durísimo proceso de descolonización. La colonización continúa por dentro de cada uno que se ha criado y vivido en pueblos colonizados. 


Hoy la psicología moderna comprende mejor el fenómeno de la “Internalización” de todo aquello que es muy duro, desagradable y doloroso en las víctimas de cualquier acto violento. Se internalizan las emociones profundas y dolorosas porque esto es una excelente forma de defenderse de la naturaleza misma. Al tener esas emociones que son capaces de matar por la fuerza que tiene, el individuo tiene la ilusión gigante que si las emociones están ahora dentro de sí mismo podrá al menos tener muchas más posibilidades concretas de en el futuro poder hacer lo necesario para liberarse de todas aquellas emociones profundas que están llenas de veneno mortal. 


El problema con la internalización es que aparte de salvarnos la vida en los momentos más difíciles, decisivos y fundamentales, después que ha pasado el peligro es muy difícil sacarse de encima esas internalizaciones, se han vuelto una parte más de nuestra biología interior. Las internalizaciones se vuelven en una parte más, y muy importante parte, de nuestra personalidad y por eso hay que sacarlas de encima, aunque sea lo que más se quiera lograr en la realidad es algo muy difícil de hacer. Las víctimas comienzan a comprender más a los que tanto daño les hicieron a ellas mismas por todo lo que han vivido. Es en parte el famoso síndrome de Estocolmo que aparece de una u otra forma, las víctimas del secuestro se identifican con los criminales y comienzan a confiar más en ellos que en la policía. La identificación con el otro malvado que tanto dolor y sufrimiento ha causado se hace para protegerse a uno mismo, así es más fácil no ver la realidad tal como es. La realidad y su feroz exigencia a la conciencia que vea lo que hay delante de sus ojos es algo muy difícil.


Los humanos no estamos preparados al nacer ni al crecer tampoco de ver la realidad en sus ojos. La realidad nos duele mucho a los humanos. Quizás porque tenemos esa costumbre de crear y desarrollar nuestras vidas en función de puras mentiras e ilusiones colectivas y personales, entonces cuando nos llegan los ataques de realidad producto que algo muy fuerte ha sucedido en nuestras vidas, ahí la realidad nos puede matar simplemente por el peso que tiene sobre nuestra consciencias. No soportamos la realidad. El ser humano puede soportar hasta las cosas más increíbles que puedan suceder en este planeta, pero con el tema de la realidad es completamente otra cosa. 


Un humano normal se quemaría los ojos si se le ocurriera ver la realidad tal como está es. Un ser humano normal necesita filtros, muchos filtros y durante muchos años de tratamiento para que así cuando llegue el momento pueda mirar la luz sin enceguecer ni morir. Que la experiencia de la luz sea algo positivo y sobre todo agradable. 


España significó para mí durante todo mi tiempo en la escuela y en la universidad algo negativo. Para nosotros los jóvenes que teníamos sensibilidad de izquierda y crecimos con un dictador que admiraba a Hitler y a Franco en España, lo español tenía una resonancia muy negativa dentro de nuestras mentes críticas a todo el sistema mundial opresor, capitalista e imperialista. Soy de esas últimas generaciones que crecimos estudiando historia de nuestros países donde no se decía nada pero nada positivo de los pueblos originarios de América latina. Nos enseñaban historia de nuestros países como si antes de la invasión del ejército español América latina estuviera vacía, literalmente como si estuviera vacía y nunca había existido ningún tipo de civilización ahí. De esa visión de España y su forma de ver a América latina provengo. 

Llegó la adolescencia, los libros se fueron volviendo objetos sagrados para mí y estudiar la historia de mi país y del mundo se fue convirtiendo en un enorme placer para mi alma. Comencé a leer y estudiar mucho de la historia de mi país, Chile y muchas preguntas comenzaron a venir a mi consciencia. Era muy extraño que nos enseñaran en las escuelas que nuestro país era un país de blancos y que los indígenas eran algo así como un muy pequeño paréntesis de nuestra historia, pero nosotros los chilenos eran herederos de la gran madre patria española, a ella había que rendirle todos nuestros homenajes. Eran tiempos de dictadura militar y las escuelas eran como regimientos militares en miniatura, nada se podía cuestionar, nada. Lo que decía el rector y los profesores eran palabra sagrada. Era una educación para seguir órdenes del mismo modo que lo era la sociedad en general. La educación era en el fondo el aprenderse de memoria lo que decían los profesores y los textos de estudio y después repetir en un examen lo que se había aprendido de memoria. Pero ahí no había ni conocimiento ni comprensión de lo que se estaba estudiando. Solo memoria, memoria que se olvida a los pocos segundos de haber aprobado los temas obligatorios de estudio. Una educación sin sentido, destinada a crear más burócratas y zombies. Esa no era la educación para la liberación del alma con la cual yo tanto sonaba. 


Voy a reconciliarme con España, pero será a mi manera y con el tiempo que me sea necesario. Y de esa reconciliación seguro que saldrán libros muy bonitos. Son más de 500 años y esta reconciliación entre América latina  y España aún no se ha podido realizar. Quizás tome muchos años más, solo espero que no sean unos 500 años más. 


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